martes, 9 de septiembre de 2014

Mientras permanezco laxa 
Imitando el silencio
Sonriente pero pareciendo ausente
Mientras el encuentro
El momento
Mientras tu cabeza trata de imaginar mi cabeza
Y quizás supongas mi cuerpo indiferente a tu presencia
Mientras estando la una al lado de la otra
Nos evaporamos en diálogos internos
De qué pensarás de mí
Qué pensaré de vos
Mientras las emociones arden
Y los pies se congelan
Y la mente no calla ni avanza
Mi realidad no se puede justificar con la realidad
Soy quien te mira la cara
Como miro sobre tu hombro
Como miro la palma escondida
Soy quien experimenta el aire que te rodea
Aprobándolo
Degustándolo
Soy
Apoyando mi mano en tu espalda
Quien acobarda el resto de las manos invisibles que te acechan, te adelgazan
Mientras me ves acá, tan risueña
Como olvidadiza, como de novela
Mi ser interior da vueltas a tu alrededor
Levantando un círculo de protección
Pacto salivas, pasos y cabello con los seres ensimismados
Logrando que ni te rocen
Acerco tu vaso de vino
Observo firmemente las esquinas de tu casa
Inspecciono
Saboreo
Vos que estás acá
Tratando de saber qué pasa con mis arrebatos
Dónde se han metido mis ganas de amarte
Cómo no ofrezco a cada segundo una oportunidad por reconquistarte
Y que te esquivo
Y que me escondo
Y que me doblo
Y paso mi intención por debajo de tus brazos
Entre los muebles y obstáculos
Detrás de los colgantes decorativos
Viaja mi atención a rodearte
A evitar que todos estos mundos
Te toquen
Te duelan
Quiero ser una burbuja de calor
Para bañar el manto de escalofríos que te desean
Soy un lobo guardián
Aunque no hayas elegido adoptar
Permanece
Como la aurora
Encargándose sin que te des cuenta
De barrerte los sinsabores
Y sí, no habrá palabras de mi parte
Y sí, seguramente otra vez seré la contradicción de mi interior y de mi afuera
Y sí, pareceré fría, resuelta
Pero todo lo tengo puesto en tu esfera
Soy la piedra debajo de tu casa
La chapa en el techo sobre tu cama
Ocupo mi poder en que nada te pase
Y no voy a ser yo quien te ame como quisieras
Y no voy a ser el cuerpo fogonado e impulsivo
Pero soy quien intenta que no te acorralen las sombras
Soy quien levanta la oreja si una hoja roza tu pelo
Te voy corriendo los demonios, con esta cara de nada
Hay tanto a nuestro alrededor además del pasado
Que me tiento con ser tu defensa
Y eso me lleva todo el tiempo
El gato doméstico es la cura del tigre
Soy tu amuleto
Tu rosario bendecido
El humo del palo santo
Queda un poco de sabor amargo siempre al final por no intentar ser comprendida, por ver en tu mirada un dejo de desilusión, de desesperanza, pero no puedo hablarte de lo que siento, podría funcionar de anzuelo
 Solo quiero ser tu perro
La bestia en la entrada
El colgante chino en la puerta
El espejo en la sala de recibida
El agua que te abriga, te envuelve, te eleva y te contiene
Podré ser una roca, una silla vacía, la falta de consuelo
Pero si mirás con atención, estoy dentro, fuera y alrededor de cualquier objeto que te rodea
Soy donde la gata mira fijo en la habitación
Soy esa sensación de calma, de paciencia
Soy quien con su voz ahuyenta exhalaciones que quieren hablarte, confundirte, poseerte
Soy quien disimuladamente, abre el pecho y ofrece el sacrificio de ceder a la oscuridad en tu nombre para salvarte de lo que temo
Temo que tengas miedo y olfateo tu cuello a la distancia
Y siento que estás a salvo y es eso

Todo lo que espero
Mientras escribía hace un rato
Una pequeña mosquita cayó a mi vaso
Nadaba desesperada en el alcohol
La rescaté con mi lápiz, hasta ahora inmóvil
Y ahora mismo, mientras escribo, está acá
Camina, deambula, se seca
Aletea, se rasca
Pasa del lápiz a la mano
De la mano al lápiz
No sé cómo escribir poesía
Pero la festejo tras cada acto
Tengo, en mis nudillos
A la pequeña mosca
Curioseando
Ya salva

Dejando rastros violetas por donde camina
Caminaba
A los tumbos
Entre la gente de la terminal
Recién bajada
De un micro que no sé dónde va
Esquivo los cuerpos
Miro el cartel de baños
Elijo por el que más defiendo
La señora encargada me frena:
-          Este es el baño de mujeres, me dice
Y yo riendo:
-          Pero si soy una chica…
-          Ah! Disculpe

Lo divertido de lo ridículo.
Un hombre
De traje
Mira
El suelo
Mira
Sus manos
Sujeta
Un pañuelo de tela bordado
Seca
Su frente
Una niña
Cae
En su corrida
Mira
La tierra
Aprieta un puñado
De pasto
Lo huele
Y  lo deja caer
Como una lluvia
Una paloma
Escarba
Entre sus plumas
Insiste
Hasta que arroja
Con su pico
Algo diminuto
Al aire
Luego se besa
Y pelea
Con otra paloma
Una señora
Pasa frente a mí
En bicicleta
Son hermosas
Ella tiene ropa roja
Ella es negra
La bicicleta
Las miro hasta perderlas
Y me enamoro

Y me conmuevo
Una noche soñé que alguien me decía:
Todo de lo que hablas suena tan cercano, tan bienintencionado
Un día desde temprano tuve un sentimiento amargo
Ese atardecer mi gata preciada había muerto
Todo lo que conocía en mi interior cambió
Se hizo otra cosa, se hizo distinto
Lo que se había agrupado y conformado, volcó
Lo que estaba entre mis manos del alma protegido como un suspiro, desapareció
Y luego en su lugar, dibujos y sombras, acuarelas transparentes de colores tenues
En las primeras etapas, adentrada en esa noche horrible
Desmentí las palabras del sueño
Luego, más avanzada, atraje todas las figuras existentes de la oscuridad
Mi cabeza fue un ramal dañino
Y las manos resucitaron a la maga herida que lastima por dolor en el corazón
La ficción no pudo nombrar los sucesos ya en la medianoche de la tragedia más dura
Me dije que no iba a haber perdón para la irresponsabilidad de mis actos
Y fui más contradictoria aun
 Y mi identifiqué con un sufrimiento inmortal, silencioso y voraz
No sentí mis piernas al buscarlas
Todo era el pecho, inflamado, irritado
Decir cascada de  mocos y llanto es  poco
Decir dolor en el chakra coronario no alcanza
Decir implosión es vehemente, pero no llega a graficar la totalidad
Decir: la base espiritual donde piso sufrió el desgarro de su mitad, y en mi santuario de lo intacto hoy convive una sombra monstruosa que no puedo controlar, de hecho no puedo ni intentar mirar
Despertar cuando el sueño está invadido por algo ajeno y desagradable, es saberse invadida la mañana, el mediodía y por lo menos la tarde. Y para cuando llega el atardecer la inercia dibuja despacio una frialdad confortable, pero es pronto, cuando llega, de nuevo, todo lo demás
Tiemblo, pero igual quiero escribir
Mi gata era un tesoro, un talismán, una diosa palpable, verdadera, la iluminación divina, que llaman, la dualidad en un solo cuerpo, la santidad y lo salvaje, lo espiritual en lo material, agua dulce, luz solar, la ternura  del rosado y la libertad de lo blanco, era todo lo que no puedo nombrar, y todo lo que este cuerpo corrupto no puede conservar, ni siquiera volver a tocar
Se necesita demasiada frialdad y adaptación para ser una sobreviviente, para seguir siendo visible, para seguir estando viva, por más que ya no sienta, por más que hayan cambiado mis paradigmas, esto que se pone apenadamente de pie y deambula y conversa es solo el cansancio del grito, el post mortem, el desagrado, el sinsabor

(De cómo corromper el poder personal, parte I)