Los vasos de mi infancia crecieron a los vasos de mi
juventud
Su contenido maduró más que mi cuerpo
El añejamiento de las bebidas que en ellos cargo
Tiene más años que mi memoria
Este vaso corpulento que aferro y no amago dejar es más
fuerte que el bobo
Los vasos no se rompen, a menos que uno quiera romperlos
Y el olor de los alcoholes cambia el aire de la casa más que
un reto, más que una sonrisa
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